Hunter X Hunter y el mundo imaginario de Yoshihiro Togashi



Me gusta leer manga.

No tanto como los cómics, ciertamente. Pero siempre he tenido una debilidad por conocer el origen de las historias que me cautivaron en la televisión siendo todavía un niño. Y una de las historias que recuerdo con cariño es HunterX Hunter. 


La verdad es que su adaptación del 2011 no la vi en su momento, pero sí pude ver la adaptación de 1999 cuando fue transmitida por el canal chilevisión alrededor del año 2003. Se trataba de una serie bastante oscura y con una atmósfera distintiva, por ahí lo que más recuerdo era esta seguidilla de pruebas a las que se sometían los personajes y que sobresalía entre el gran número de series japonesas que llegaron a habitar las pantallas chilenas por esa época.

Después confieso que me olvidé de la historia, no seguí leyendo el manga y no fue hasta que mi amigo Silas me insistió en ver el arco de las hormigas quimera (adaptado en la serie del 2011) que decidí reencontrarme con esta historia.

Aprovechando que la serie se encontraba disponible en Netflix, decidí darle una oportunidad. Sin alargarme sobre el anime, lo vi completo y siento que perdió mucho de esa atmósfera que mencionaba en esta nueva versión. La animación digital no le hace un gran favor. Siento que pasa lo mismo que pasa con series como Berserk, la artesanía detras de las adaptaciones noventeras me hace vibrar de otra forma. Que no digo que la animación actual sea incapaz de lograr grandes cosas (Mob Psycho 100 y Shingeki No Kyojin), pero si me dan a elegir, siempre preferiré el craftmanship de una animación análoga.

Pienso que, más interesante que la historia de Gon, lo que resulta fascinante de Hunter X Hunter, al menos en mi visionado, es el mundo presentado. De verdad es gigantesco. Togashi logra construir una caja de arena donde realmente dan ganas de aventurarse y explorar. Y por ahí hace un poco esto de soltar conceptos sin extenderse demasiado, dejando un velo de misterio que se convierte en otra interesante rama del mundo que presenta. Por ejemplo, al principio de la historia nos habla sobre las bestias mágicas, ¿Qué son? ¿Cuantas son? mi imaginación se dispara y no puedo evitar sacar a mi DM interior con ganas de empaparme de ese mundo imaginario.

Y la cosa es que el anime de 2011 adapta hasta un cierto punto, sin embargo el manga logró avanzar otro trecho (y actualmente está próximo a retomar su publicación). En este contexto y con las ganas de seguir explorando este mundo, decidí darme a la tarea de leer el manga, cosa que, por supuesto, haría desde el principio para conocer de primera mando la visión original de Togashi.

Una de las primeras cosas que salta a la vista es la facilidad con la que el autor logra transportarnos a su mundo con una breve descripción. Acá hay aventura, tesoros y monstruos. Es todo lo que necesitaremos saber. En la más pura tradición de Akira Toriyama, lo primero que salta a la vista es que se trata de un mundo anacrónico, donde coexisten zonas atemoporales con urbes tecnologizadas y el límite entre la magia y la tecnología no es sino, prácticamente inexistente.

Y es un gran detalle, porque el autor consigue incorporar ambos elementos de forma orgánica, sin que uno se sienta despegado del otro.

Togashi es un declarado fan de los mangas de horror, y eso se deja entrever en los momentos más oscuros de la serie, donde su trazo se vuelve violento, agresivo y tétrico, haciendo uso de achurados que podemos identificar beben de esa misma afición. Hay quienes interpretan este tipo de resolución visual como un efecto de los más que conocidos problemas de salud que afectan al dibujante; sin embargo, pienso que no puede sino ser un producto de su intención comunicativa, un recurso que utiliza en función de expresar una imagen descompuesta en una violencia casi pornográfica en situaciones críticas.

Contrastes. Ese es el concepto. Hunter X Hunter es una historia de contrastes, cosa que te advierte desde el logo del título, donde la palabra Hunter se refleja en un adverso oscuro y distorsionado, absolutamente opuesto a la luz y alegría de la historia de aventuras que pretende ser.

Y aunque Gon quiera pasar por el mundo disfrutando de divertidas aventuras, el mundo es horroroso, la vida es violenta y no perdona. Quizás sea un poco la declaración del propio Togashi respecto de la vida, de cómo aquello que amaba (dibujar manga) terminó siendo un suplicio que lo llevó al borde de su salud. 

A la fecha llevo leídos 14 volúmenes de los 17 que tengo y aunque ya conozco la historia, reencontrarme con ella al ritmo de una lectura ha sido como re descubrir el mundo de Hunter X Hunter.

P.D: Resulta que estoy comprando los tomos en su edición argentina y la traducción es muy... localizada.

Ché, Gon. 

Eso.


"Che, mejor rajemos de acá. no quiero juntarme con estos giles". - Killua Zoldyck.

 



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