Mi historia favorita de Batman/ Gracias por todo Tom King




Tom King hizo que me gustara Batman.

El otro día, cuando salió la noticia de que Tom King iba a abandonar la serie de Batman de forma prematura (en el número #85 en lugar del #100 del que habló desde el principio) le hice una pregunta a Brian (quien me dió la noticia porque justo estábamos conversando) ¿Cuál fue tu historia favorita de Tom King en Batman? y obvio, me puse a pensar en mi propia respuesta. ¿Cuál era mi historia favorita del Batman de Tom King?

Bueno, antes de responder, quiero hacer un poco de historia sobre la forma en que llegué a descubrir el Batman de Tom King y por qué es que lamento su partida.

La primera vez que intenté meterme a leer la serie regular del personaje fue con la llegada de los New52 allá por el 2011. En esa época yo estaba terminando el liceo y igual se me ocurrió seguir un kilo de series aprovechando la renumeración. Tristemente, tenía las ganas, pero no las lucas.
Las primeras que boté fueron Batman y Green Lantern. Al final sólo seguí Flash durante un par de años. Luego la dejé botada cuando Manapul y Buccellato dieron paso a la etapa de Venditti como escritor del personaje.
Pero en fin. Con la llegada de REBIRTH y aprovechando mi reciente poder adquisitivo (el trabajo genera dinero y el dinero compra comics) Me di el gusto nuevamente y empecé a coleccionar un kilo de series. Aquaman, Flash, Superman, Green Arrow... y no, no empecé a comprar Batman.

Después de un rato, eso sí, la extinta editorial chilena Unlimited publicó los primeros 22 números de la serie de Batman escrita por Tom King. Hasta ese entonces había pasado sumamente desapercibido para mi lo que él estaba haciendo, pese a lo alabada que fue su serie de The Vision.

Entenderán que $2.500 pesos (poco menos de 4 dólares) por tener algo para leer de camino a casa cada jueves me hizo empezar a comprar la serie. Y aún así, no, no hubo amor a primera vista. De hecho, la seguí comprando cada semana por compromiso más que por interés. El dibujo de David Finch no me convencía y si bien noté de inmediato el uso de las 9 viñetas como una declaración de intenciones, seguía sin encontrarle el gusto. "Batman no es para mí".

Y, de pronto, me toca enfrentarme al segundo arco, Soy Suicida.
De pronto me veo en medio de esta historia, dibujada por Míkel Janín, con un Batman que debe pedir ayuda a sus enemigos para completar una misión que involucra a un Bane que permanece recluído utilizando al Psycho-Pirate como una especie de sedante. WEÓN. quedé peinado para atrás, lo admito.

Algo hipnótico

Después viene un interludio, una historia corta con Catwoman que establecerá la clave de lo que es la historia que, me atrevo a suponer, Tom King quería contarnos. Esa historia es Rooftops. Y, viejo, es una maravilla, una especie de declaración de amor a los personajes y a su relación, a los muros que los entorpecen, y a los tejados que ascienden para superar esos muros.
Por ahí ya estaba convencido. I Am Bane y The Button fueron un buen postre, no lo negaré, pero sentía que Tom King no necesitaba historias grandilocuentes que prometieran sobredosis de testosterona multiversal para hacer un buen Batman.
Por ahí se había terminado la edición de Unlimited y yo había quedado con gusto a poco, así que hice lo que cualquier adulto de mi edad haría. Vendí toda la colección y empecé a juntarla desde el número 1 en revistas de primera edición gringa porque no tengo control sobre mi vida algo así era digno del esfuerzo.


Quizás el click en mi cabeza fue el breve (pero hermoso) número 23 de su etapa en el personaje.
También porque quizás fue la primera historia de la colección que leí en su idioma original. Les voy a ser sincero, a mi no me gusta leer cómics traducidos. Al igual que las películas, siento que se pierde la intención original. Soy autor, yo sé que hay un ritmo en las palabras que uno elige. Que hay una intención latiendo en los diálogos que le ponemos a cada personaje. Y enfrentarme por primera vez al Batman de Tom King en su idioma original no fue la excepción.


La historia de Batman y La cosa del Pantano se remonta a los tiempos de Alan Moore. Debo reconocer que quizás esta historia me impactó porque esa historia me impactó en su tiempo.
Generalmente es pasada por alto, a la sombra de otras historias escritas por Moore en su etapa, pero hay en esa pequeña historia algo que se me quedó grabado para siempre, una imagen aterradora que me hizo ver el tipo de personaje que era La cosa del pantano.


Una sola imagen, ilustrada por John Totleben que mostraba la dimensión de aquél aterrador monstruo que a la vez era el sensible y noble Swamp Thing. Las personas como hormigas y los ojos que ardían como dos piras encendidas entre aquél imposible ser arbóreo. Me pasaba horas mirando aquél dibujo, volviendo una y otra vez a alucinar con la declaración de Swamp Thing y la impotencia de Batman, la rendición de la ciudad entera y luego el cobarde ataque que lo obliga a exiliarse en el espacio.
¿Cómo no iba a caer rendido si me estaba recordando esa historia?

El padre de Alec Holand (la "identidad" de la cosa del pantano) ha sido asesinado. Y, para buscar respuestas, Swamp Thing llega a pedir ayuda a Batman. Quizás lo que más me gusta de esta historia es la forma en que Swamp Thing nos demuestra lo humano que puede ser. Como un reverso de la historia de Moore, o quizás sin ser tan diferente. En la historia de Moore, Swamp Thing llega a Gotham exigiendo la liberación de Abby Cable, quien está prisionera por la relación antinatural que mantienen. La motivación humana de Swamp Thing, uno podría decir que Tom King copia la tarea de Alan Moore cambiando los adjetivos y un par de párrafos, pero no.

Durante toda la historia vemos una relación de bastante confianza entre Swamp Thing y Batman. Éste lo ayuda a encontrar a quien mató al padre de Alec Holand, mientras Swampy se dedica a hablarle sobre la inexistente dualidad de la vida y la muerte, de cómo se regresa al verde, de cómo la vida es un ciclo. La volá.
Pero al estar frente al asesino de su padre, Swamp Thing sencillamente lo mata. Sin dudarlo, sin ceremonia alguna. Lo mata. Y Batman no se complica tanto con eso como con el hecho de que todo el discurso de Swampy sobre la vida y la muerte se vuelve banal en ese acto. Es un humano en el cuerpo de un dios, es un problema humano en el que incidentalmente se cruzan deidades. La lectura sobrehumana de un asesinato callejero vale tres hectareas de callampa, los humanos no podemos engrupirnos a nosotros mismos, la muerte es aterradora, Swamp Thing más aterrado que nadie, porque es una deidad que cree ser humano pese a saber que no lo es.
Batman, todo el rato reposando su conciencia en las palabras de Swamp Thing, lo que lo saca de sus casillas no es que la cosa del pantano matara al otro hueón, lo que lo hace enfuerecer es que, quizás, pensar que sus padres podían seguir vivos de alguna forma era una idea tranquilizadora. Y haciéndolo aterrizar al nivel humano nuevamente, Swamp Thing le quitó esa sugestión.

Sin ir mas lejos, creo que la etapa de Tom King se trata sobre eso. El primer número que leemos se trata LITERALMENTE sobre eso. Batman intenta detener un avión que va en picada, lucha con su fuerza humana contra una catástrofe humana. Y de pronto, entra algo sobrehumano, Gotham y Gotham-Girl salvan el avión. Y Batman parece tranquilo ante la idea de que seres sobrehumanos puedan llevar el peso de su deber. Pero no pasa mucho tiempo antes de que alguna cosa humana termine por quebrar esa ilusión destruyendo aquello divino.

Ese nivel de lectura en profundidad de lo que Moore dejó fue lo que me convenció. Estaba frente a mi historia favorita de Batman. Una historia breve sobre un hombre ayudando a un dios que cree ser hombre. Porque al final, los dioses solo existen en nuestras mentes. Batman es un hombre y cómo tal puede ser mejor que un dios, pero prefiere creer en los dioses falibles que los hombres han creado.

Que hueá más buena.



Ahora, Tom King va a dejar la serie de Batman, antes de cumplir su visión de 100 números.
La va a dejar porque un grupo de humanos no fueron capaces de soportar ver las costuras en el traje del Dios que se inventaron. Mala volá.
Desde acá, lo único que puedo decir es que el Batman de Tom King es y será por siempre mi historia favorita del hombre murciélago, es una lástima que nunca podamos ver lo que pudo ser. Pero una vez más, fallas humanas.

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