Brigsby Bear (o The True-Man Show)





La película Brigsby Bear (2017) nos cuenta la historia de James, un joven que ha crecido recluído por dos personas que dicen ser sus padres, sin embargo son quienes lo secuestraron desde el hospital poco después de su nacimiento. James no tiene contacto con el mundo exterior, lo único que recibe, desde niño, son los vhs de una serie llamada Brigsby Bear, la cual lo obsesiona.
El mundo de James da un vuelco cuando es encontrado por la policía y reubicado con su verdadera familia, descubriendo la verdad sobre las personas que lo criaron y, por consecuente, sobre su programa favorito, el cual era producido por su "padre" (Mark Hamill) y del cual era el único espectador. James se aferra al programa de Brigsby Bear, negándose a la idea de que en realidad era una farsa orquestada por sus secuestradores, al punto que se plantea continuar la serie él mismo.

Este es el plot de la película, la cual me recuerda mucho a The Truman Show (1998), película en la que seguimos la historia de Truman, un hombre que ha vivido toda su vida en un gigantesco estudio donde su vida es transmitida sin parar en televisión para el mundo exterior. ¿Qué gatilla esta relación? En principio lo que me pasa con estas películas es que de algún modo son dos visiones sobre personas que, en última instancia, se ven obligados a enfrentar la ausencia de un mundo ilusorio que les ha sido descubierto.

En el caso de Truman, es él mismo quien advierte la farsa y quien decide, por propia voluntad, descubrirla y salir de ella. El mundo que rodea a Truman, manejado desde lo alto por el director del programa, intenta hasta el último momento detenerlo en su escape, hasta que Truman decide voluntariamente dejarlo, sorteando el desafío final que es enfrentar aquel poder último que este mundo tenía sobre él, que es su miedo al mar.

A diferencia de Truman, James no duda del mundo en que vive. En su caso la ilusión es desbaratada por una fuerza externa que lo saca al mundo real. James se enfrenta al mundo exterior sin prepararse de ningún modo a enfrentar la verdad y su único mecanismo de defensa resulta ser el aferrarse al último reducto de su mundo, el programa de Brigsby. Truman no necesita llevar nada consigo al mundo exterior, él ha aceptado que lo que conoce no es la realidad, que todo cuanto ha conocido no es más que un mundo virtual del que puede salir por la puerta trasera. Truman se va por una puerta en el cielo, muriendo en su vida anterior como protagonista del show y enfrentándose a la oscuridad de lo desconocido con una sonrisa.
Para James la ecuación es distinta. Puede interpretarse como un nacimiento a la vida, como una cesárea que lo arranca de forma violenta de el cálido útero que era el mundo que conocía.
En cierto modo, aquello a lo que James se aferra, simbolizado en Brigsby, no es otra cosa si no su paradigma. El programa de Brigsby constituye una conciencia de lo metafísico para él, que constantemente le es negada por el mundo exterior que lo recibe.
Esta conciencia metafísica es lo que hace a James abrazar la seguridad de lo conocido. James sigue perteneciendo al mundo subterráneo que sus secuestradores construyeron para él, sigue vistiendo la misma ropa, realizando el mismo ritual al comer y, obviamente, obsesionado con su show de televisión.
Para Truman en cambio la operación es diferente. Truman se da cuenta de que su mundo constituye una prisión al advertir señales que, gradualmente, sustituyen la relación objetiva entre la realidad y "lo real". Es su propia conciencia la que desarma las paredes que lo aprisionan. Ni bien empezada la película, la primera señal que se aparece ante Truman es la caída de un foco de iluminación del estudio justo frete a sus ojos. Es un símbolo de la luz, la luz que Truman ha de prepararse para ver, en el sentido de un parto natural en que es el mismo feto que se acomoda para salir al mundo, en el sentido de que ha de ver ese foco como la fuente de luz que se revela a si misma en su condición de significante.
Cuando ya se encuentra seguro de su hipótesis, Truman puede sortear aquella fuerza aterradora y mística del mar, pues porta consigo la luz del conocimiento, sabe que no es real y por ende sabe que puede vencerlo para huir.
Truman ya no se ve afectado porque el estudio ya no tiene poder sobre él, porque porta la luz del conocimiento y, en última instancia, está conciencia lo ha disociado para siempre de la relación con el mundo que el estudio constituye.
Para James la operación simbólica de Truman llega en el sentido de que es él quien debe asesinar, por amor, a Brigsby al resucitarlo. Al producir por si mismo la película de Brigsby, James logra convencerse a sí mismo de su falsedad, ya que se convierte en artífice de la ilusión que lo aferraba al mundo anterior.
La película muestra como la última pieza para desbaratar la ilusión de James no es otra cosa si no la propia voz del personaje, que era interpretado por su secuestrador. James solo concluye su película, solo logra matar a Brigsby, al aceptar su falsedad y pedir a su secuestrador que haga la actuación de voz para el filme.

En conclusión, ambas películas son  un camino iniciático de múltiples lecturas. Son la transición a la adultez y la dicotomía de metafísica y pensamiento cartesiano, son las etapas de experimentación sobre una hipótesis que concluye en el levantamiento empírico de una verdad científica y a su vez, del verdadero hombre que emerge al mundo y lo abraza libre de mitos.

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