Los Cuatro Fantásticos (2009) de Jonathan Hickman

 Hola hola!

En esta casa somos fans de Los Cuatro Fantásticos. O más bien, yo soy muy fan Los Cuatro Fantásticos y tengo repartidos cómics de los mismos por cada habitación de la casa. 


La cosa con los 4F es que son la roca sobre la que se levanta todo el universo Marvel. Y aunque mucha gente dice lo mismo, realmente son pocos los lectores (con los que yo he conversado, al menos) que se han dado el tiempo de leer estas revistas.

Bueno, yo me di el tiempo. Y leí prácticamente todo en los más de 60 años casi inninterrumpidos de publicaciones mensuales de la revista. Creo que a estas alturas solo me falta leer un par de números que corresponden a la etapa de Walt Simonson y a la de Mark Millar, que igual son las menos disponibles, así que supongo que estoy perdonado.

Pero sí me leí todo lo demás, así que hoy vengo a hablarles sobre una de las mejores runs de la serie, me refiero, como no, a la etapa a cargo de Jonathan Hickman.

Miren, voy a ser bien, bien sincero acá, soy un convertido. Yo no pertenecí a la iglesia de Hickman ni lo veía como el hijo encarnado de Alan Moore (como alguna vez me dijo un amigo, allá cuando estaba en publicación su Secret Wars que tampoco leí). Compré estos cómics porque son de Los 4 Fantásticos, no porque los hubiese escrito Hickman. Y creo que ahí está la cuestión porque, al ser una colección más o menos extensa (son 9 tomos en tapa dura, valen entre 20 y 30 euros cada uno, al final la colección completa la sacas por algo así como 250 dólares), me los fui comprando y leyendo de a uno y, cuando por fin conseguí el último tomo, releí todo de una vez. 

Y entonces, algo hizo click.

Hasta ese momento sí, me había gustado, pero no me parecía nada realmente fascinante. Los conceptos que planteaba, si bien entretenidos, distaban de ser una ruptura de lo que uno se podría ir esperando en una colección como los 4F. Tampoco le hace un gran favor que el primer tomo sea en realidad una miniserie enmarcada en un evento (Dark Reign) que poco tiene que ver con el resto de la historia (aunque sí planta elementos fundamentales para el resto de la etapa, considero que se explican lo suficientemente bien en el tomo siguiente, pudiendo ignorarlo por completo).

Pese a lo anterior, el primer volumen de la saga nos plantea dos elementos que constituirán la médula espinal del run, por un lado tenemos a Reed Richards (Mr. Fantástico) creando "El Puente", un dispositivo que le permite el libre tránsito entre diferentes dimensiones. Por el otro lado, tenemos a Franklin Richards (su hijo) recuperando su poder para crear universos de bolsillo.

Estos dos factores serán determinantes en todas las aventuras por venir. A través del Puente, Reed entrará en contacto con sus contrapartes de distintos universos que han creado así mismo este dispositivo y se han encontrado, formando un consejo multiversal de Reeds. Este concepto antecede y, de cierto modo inspira, por ejemplo, al consejo de los Rick de Rick & Morty.


Estos Reeds multiversales le muestran la manera en que buscan dar forma al propósito que se ha planteado al crear el Puente, esto es, encontrar una solución para TODOS los problemas, dicho de otro modo, la idea número 101, Resolverlo todo.

Y no es más que el punto de partida de una historia que logra explotar y explorar prácticamente cada rincón del universo Marvel y del tiempo mismo sin nunca dejar de sentirse como un drama familiar.

No quiero contar más de la trama, así que me referiré a otro factor importante, cómo se publicó esta obra. Llegado cierto punto, a la publicación mensual de la cabecera de Los 4 Fantásticos se sumó una segunda revista, titulada FF(no confundir con FF vol 2. de Matt Fraction y Michel Allred). Esta segunda revista sería el complemento perfecto a la cabecera original, corriendo en paralelo con las aventuras de Franklin, Valeria y cia. 

Si bien hay más ejemplos de revistas complementarias (llegando a la casi ridícula cantidad de 5 revistas mensuales en paralelo que alcanzó a tener Superman hacia mediados/finales de los años 90s) acá esto se justifica, y dos títulos siguen siendo algo abordable que incluso mejora la experiencia, teniendo las sesudas aventuras de Reed Richards y los 4F, mientras se cuenta con las complementarias aventuras más ligeras pero no menos sesudas de los peques de la familia en la otra revista. 

Además Hickman nos deleita con un paseo por lo que es prácticamente toda la historia de los 4F, dejando muy pocos elementos afuera (de verdad, casi ninguno) en su etapa tiene espacio para abrazar prácticamente todo; desde el Doctor Doom, el Mago, los Inhumanos y Wakanda hasta la guerra Kree/Skrull, los Topoides, Galactus y las huestes de Anihilus. Cuenta Hickman, que él nunca fue un gran lector de los 4F, al contrario, comenzó a leer la serie precisamente porque le encomendaron la tarea de escribirla. Y este desapego de la nostalgia que suscitaría en otros guionistas puede ser, a juicio suyo, lo que le permitió subvertir las convenciones de la serie.

Por otro lado, respecto del arte, son varios dibujantes los encargados de acompañar a Hickman a lo largo de su estancia en la serie. Pienso que el arte cumple, sin llegar nunca a ser el punto fuerte de la serie, de todos modos. El arte de Dale Eaglesham y el de Nick Dragotta destacan bastante, así como el de Juan Bobillo, que sin embargo comprendo que no sea del gusto de todos los lectores, puesto que se trata de un artista bastante irregular y sus diseños terminan resultando inconsistentes con el resto de la serie (lo que sin embargo puede justificarse pensando que FF es una serie que sigue el punto de vista de los niños).

Quizás no sea el mejor lugar para empezar a leer a los 4F, sin embargo, la etapa de Jonathan Hickman es una gran y muy autocontenida historia que tiene los elementos necesarios para levantarse fácilmente como una etapa de referencia junto con la de Byrne y la original etapa de Stan Lee y Jack Kirby. Personalmente recomendaría leer esa última (entendiendo como tal los primeros 100 números de la serie) antes de aventurarse con la de Hickman, ya que, como decía más arriba, se trata de una obra que hace uso de muchas referencias a la propia revista y su historia, por lo que resultaría muy fácil perderse si no se conoce de antemano las bases del mundo de los 4F.



Comentarios