NEW X-MEN (2001) por Grant Morrison, Lectura completa. Parte 1: E de Extinción.
¡BIENVENIDOS, HIJOS DEL ÁTOMO!
Vamos a hacer el recorrido más barroco, bizarro y mutante (nunca mejor dicho) de la historia de este blog: una lectura completa de NEW X-MEN de Grant Morrison, número a número.
Entrar a leer cualquier serie clásica de Marvel o DC por primera vez suele ser un tour de force. Esto porque tienen más de 60 años de publicaciones con una cadencia mensual y, en el caso particular de los X-MEN, una gran, gran cantidad de series anexas, números unitarios, miniseries, re numeraciones, eventos y crossovers que complementan las sucesivas formaciones, reformaciones, reinicios, reciclajes y reboots de lo que originalmente sería planteado por Stan Lee y Jack Kirby en su serie original de los años 60.
En los últimos 30 años la mayor consistencia editorial de Marvel ha sido, irónicamente, la propia inconsistencia. Justamente, una seguidilla de reinicios e iniciativas editoriales para facilitar el acceso de nuevos lectores han, por el contrario, implicado todavía más complicaciones para entrar a disfrutar de sus publicaciones. Si intentaste entrar a conocer el mundo de los mutantes de Marvel por medio de la etapa de Brian Michael Bendis o la de Jonathan Hickman, probablemente sabes a qué me refiero.
Personalmente, soy un habitante del sector que cacha poco. Si bien he leído algunas de las historias más emblemáticas y reconozco un puñado de personajes, leer los X-Men siempre me ha resultado una laboriosa tarea. No obstante lo anterior, hay grandes, grandes historias de los mutantes (en especial de Wolverine) que no sólo me parecen buenísimas, sino que, además, reconozco en el grupo de cómics imprescindibles de Marvel a mi gusto: Vale decir: Wolverine: Honor de Chris Claremont y Frank Miller, Old Man Logan de Mark Millar y Steve McNiven y la serie que nos reune el día de hoy.
De Morrison varias veces he dicho por acá que es mi guionista de cómics favorito (que no significa que sea el mejor). Pienso que también es un autor de cierta irregularidad, cuyas grandes ideas a veces se ven opacadas por una ejecución desprolija. No obstante lo anterior, dichos obstáculos nunca han impedido que cualquier trabajo suyo siempre me resulte, como mínimo, interesante.
Morrison irrumpe en la escena del cómic americano como parte de la oleada de escritores británicos que son convocados tras el rotundo éxito de Alan Moore. Grupo en el cual podemos contar a otros grandes talentos como Neil Gaiman, Peter Milligan, Alan Davis, Dave Gibbons y Jamie Delano. Tras recalar en DC y siguiendo la misma operación que algunos años antes habría llevado Moore con su Swamp Thing, Grant abriría una serie dedicada a AnimalMan, personaje de tercera o cuarta línea, llevándolo, a través de una serie de inolvidables historias, a convertirse en un clásico atemporal.
Tras cosechar un éxito moderado, Morrison seguiría escribiendo varias series para DC, entre ellas tales como The Invisibles, Doom Patrol y Justice League durante los años 90´s. Para la llegada del año 2000, tras haberse consolidado como un imprescindible escritor dentro del panorama, sería convocado a renovar a los X-MEN en Marvel, grupo que agarraría un nuevo aire de popularidad tras el exitoso film dirigido por Brian Singer.
Inspirado precisamente en dicha película, que dejaba de lado los uniformes colorinches del clásico grupo superheróico, Morrison abrazaría por el contrario una estética a lo Matrix, presentando un grupo de mutantes que se verían mucho más agresivos y modernos de lo que jamás se habían visto antes.
Esta etapa parte en el número 114 del segundo volumen de la serie titulada X-Men (no confundir con la cabecera original Uncanny X-Men) y se extiende hasta el número 156, constituyendo así el volumen 1 de New X-Men, ya que a partir del 157 la revista recuperaría su título original. (Todo claro como el agua ¿no?).
(Todo lo anterior no es más que un chiste irrelevante ya que, para el caso de esta lectura, revisaremos los números 73 a 111 de la colección española por la editorial Forum, que es la que tengo yo).
Una cosa es cierta sobre Morrison: el tipo sabe abrir una historia.
En este caso, New X-Men abre con una amplia escena de página completa con Cyclops y Wolverine desmantelando un gigantesco robot centinela en Australia, mientras que también vemos a un tercer mutante no identificado todavía. Esta página nos muestra, con suma maestría, todo lo que tenemos que saber sobre ambos personajes. Estoy bastante seguro que Morrison ha hecho esto un par de veces, pero la primera imagen (o el primer capítulo de una serie en su conjunto) condensa y contiene hasta cierto punto, un resumen visual de la historia o los personajes que se involucran en ella. En este caso, mientras Cyclops ejecuta la misión de forma limpia, organizada y pragmática, dirigiendo un sólo rayo ocular directo en la frente del decapitado centinela, Wolverine, por el contrario, convertido en una masa oscura y lejana de rabia y violencia, ataca de forma salvaje lo que otrora fuera la espalda del robot, rompiendo todo en su interior. Podemos ver que ambos personajes son como el día y la noche. Podemos entenderlos y entender cuál ha sido y seguirá siendo la dinámica entre ellos.
Además de eso, está el tercer mutante que todavía no conocemos, feo como una blasfemia para estándares humanos, sin duda. Este mutante parece haberse salvado por los pelos del Centinela que nuestros héroes se encuentran destruyendo, dándonos, para finalizar esta síntesis, un resumen de qué hacen los X-Men: proteger a los mutantes que se encuentran oprimidos por el puño de hierro (literal, en este caso) de la humanidad).
A todo esto, ni siquiera hemos reparado en el espectacular apartado artístico a cargo de Frank Quitely, quien con un ojo erudito, logra plasmar las ideas de Morrison de forma que somos testigo de una narración fluida y detallada.
A la larga, Morrison interpreta el conflicto en los X-Men como uno de Evolución contra extinción. Por ello, nos presenta a la villana Cassandra Nova (sí, la misma de Deadpool & Wolverine) describiendo la forma en que los Homo Sapiens se superponían a los Neandertales por medio de una simulación visual que le presenta a un descendiente de Bolivar Trask, mismo responsable de la creación de los Centinelas. De entrada, Nova se plantea como objetivo la extinción de los mutantes, quienes vienen a ser el próximo paso evolutivo de la humanidad. Por cierto son los mismos X-Men quienes discuten como, al cabo de cinco generaciones, los mutantes habrán reemplazado por completo a la especie humana. El caso es que ha localizado una fábrica oculta de unos avanzados modelos Centinelas en Ecuador y, para activar y controlar a los devastadores autómatas, requiere la presencia y ADN de Trask (o, para el caso, el de su descendiente).
Gracias a su conexión a Cerebra, Xavier logra visualizar un epicentro de poder mutante en la jungla de Ecuador (que no es otra sino la propia Cassandra), solicitando a Cyclops y Wolverine que tomen un desvío desde Australia y pasen a investigar.
Como era de esperar, Cassandra Nova logra su cometido (no sin antes matar en el proceso al desdichado familiar de Trask). Mientras que, al mismo tiempo que los Centinela salen disparados hacia África (donde se ubica la Isla Genosha, el lugar con más mutantes de la tierra), el X-Wing donde viajan Cyclops, Wolverine y Ugly John arriba al Molde Maestro y es derribado también por los centinelas.
Mira, me he convertido en la muerte; destructora de mundos.
Quizás sea un poco difícil llegar a comprender del todo esta secuencia sin tener claro que la Isla Genosha, a este punto, es una suerte de santuario mutante. Casi 17 millones de mutantes vivían en dicho lugar para el momento en que los Centinelas de Cassandra Nova diezman prácticamente a todos sus habitantes en un acto genocida cuyas ramificaciones permean las historias de los X-Men hasta el día de hoy. Es curioso como esta secuencia de Morrison, donde somos testigo visual de cómo una gigantesca figura similar a la de un avión destruye uno de los edificios de Genosha, se anticipa sólo por un par de meses al atentado contra las torres gemelas.
Como dijimos, Charles Xavier se encontraba conectado a Cerebra y a través de ésta a cada mutante sobre la faz de la tierra. Por ello vive en primera persona cada una de las muertes, situación que lo deja en un muy mal estado (dato curioso, en la película Star Wars Episodio III La venganza de los Sith, cuando se ejecuta la orden 66, vemos al Maestro Yoda sintiendo también cada muerte Jedi por medio de la fuerza).
De vuelta en Ecuador, Cassandra Nova tiene un breve enfrentamiento con Wolverine y Cyclops, quienes logran capturarla y se la llevan consigo de vuelta a New York. Ugly John, el mutante que habían salvado del Centinela en Australia, sin embargo, es cruelmente torturado por Cassandra Nova. Cyclops lo mata con un rayo ocular para acabar con su agonía.
De las pocas personas que sobrevivieran a la masacre, una de ellas, Emma Frost, es analizada por Bestia, quien confirma que presenta una mutación secundaria, la cual la convierte básicamente en un Diamante orgánico. Este intercambio es genuinamente brillante por parte de Morrison, ya que Bestia es un personaje que al mismo tiempo se encuentra atravesando por una mutación secundaria, la cual sin embargo lo deriva en una forma cada vez más animalesca. Este es un arco dramático para el personaje, debido a que se ve a sí mismo perdiendo toda conciencia y convirtiéndose, finalmente, en un animal gigante y azul. Sobre ésta base, surge entre ambos una dinámica de sutil contención mutua.
Porsupuesto, Cassandra logra liberarse con suma facilidad y con la misma logra derrotar a los X-Men, huyendo así para conectarse con Cerebra y cumplir su cometido cuando... ¡Sorpresa! Emma Frost, inmune en su forma diamantina a la telepatía, logra sorprenderla cuando se acomodaba el casco y torcerle el cuello.
Para concluir en una alta nota, cuando parecía que Cassandra Nova se levantaría para seguir luchando pese al grave daño que había sufrido, recibe un disparo de... ¡Charles Xavier!
"A mí, mis X-Men".
La historia concluye con un breve epílogo donde acompañamos a Jean Grey y Cyclops mientras ven televisión. A través de la pantalla, tenemos una nueva gran revelación; Xavier decide que es momento de contar al mundo que es un mutante, hecho que es transmitido por televisión y cuyas consecuencias conoceremos en el próximo capítulo de ésta historia...
Palabras finales a E de Extinción
Se trata de una historia hecha por dos maestros del medio y que tiene todos los elementos para levantarse como una obra maestra: Ideas frescas, acción y sorpresas a cada momento.
Probablemente E de Extinción sea una de las historias que más veces he leído (también una de las que más veces tengo repetidas, ya que cuento con cuatro ediciones diferentes de esta obra (No porque tenga un fetiche en especial con ella, sino porque fueron llegando sin que me diera cuenta).
Si bien para efectos de este resumen releí la edición Forum de la época en formato grapa, revisando la edición TPB en inglés que tengo me percaté que esta (probablemente por lo corto que es el arco) incluye además el número #117 y el Morrison Manifesto, que no es, sino, el pitch original de Grant Morrison para hacerse cargo de la serie, donde expone de forma temprana sus ideas e intenciones, cosa que es absolutamente fascinante, pues nos permite contrastar cómo evlucionó (nunca mejor utilizada la palabra) su visión hasta el producto final.
Para cuando aterrizó en Marvel, Morrison venía de hacer la Liga de la Justicia, no sólo escribirla, sino definirla para los 30 años venideros, puesto que su propuesta sería el molde a partir del cuál se levantaría cada iteración posterior tanto en cómics como animación, cine y otros medios. No obstante lo anterior, la verdad es que su JLA es mucho más caótica y aunque cada personaje tiene su momento de brillar, no logra enfocar y al mismo tiempo dar un espacio adecuado a cada personaje en un grupo numeroso como sí consigue acá.
Los X-Men de Morrison no son, sin embargo, un buen punto de partida en absoluto. Ningún punto lo es, en realidad. Pero dudo que exista alguien cuya experiencia comiquera fuera un comprensible y diseñado paseo por el railroad de la continuidad exacta. No, la verdad es que prácticamente todos los que leemos estas historias las hemos ido descubriendo a lo largo de nuestras vidas, en desorden absoluto, con brújulas locas, números saltados, cortados, pegados y empastados a la maleta. Ese caos, sin embargo, es una parte hermosa de esta afición que son los cómics. Ir descubriendo, empalmando cosas, entendiendo en retrocontinuidad cosas que te dejaron descolocado o confuso es un gran placer como lector.
Por ello, si llegaste hasta acá, te invito a darle una oportunidad a esta historia, disfrútala sin pensar mucho en lo que hay para atrás o lo que viene para adelante... de todos modos Marvel anuló prácticamente cada cosa que Morrison hizo casi al momento en que dejó la serie, ya no importa demasiado.
Nos leemos en la próxima ocasión con New X-Men Parte 2: Imperial.
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